
La gratitud… un hábito con más beneficios de lo que creemos
Es un hecho sustentado por múltiples investigaciones, que practicar diversos valores resulta de gran beneficio. La gratitud es el Sentimiento de valoración y estima de algo que se recibe, material o espiritual, lo que se expresa en el deseo voluntario de correspondencia a través de las palabras o a través de un gesto.
El sentimiento de gratitud no termina cuando la persona corresponde, ya que quien ha recibido algo normalmente expresa que lo que recibió es invaluable y con eso determina que perdurará, al menos en su recuerdo, para siempre; esa es la esencia de ser agradecido. Ser agradecido con todo y con todos es algo que tiene que ver con la actitud y por lo pronto puede pensarse que no es difícil de practicar, no obstante, para que tenga el efecto deseado debe de salir “del corazón” y no cómo algunos dicen por ahí: “de dientes para afuera”.
Para poder agradecer lo que a diario recibimos, lo que somos, lo que reciben nuestros seres queridos y muchas veces sin darnos cuenta, necesitamos tener hasta cierto punto “paz en el alma” y una consciencia plena de lo que pasa a nuestro alrededor.
Aquel o aquella que no agradece a veces ni siquiera se da cuenta “de que está vivo”. Su vida se ha transformado en una monotonía “sistemática” al grado de dar por sentado que lo que recibe es simple y sencillamente por que se lo merece; nada más equivocado. Para realmente merecer algo debemos de estar conscientes de que hicimos algo positivo que tiene que tener alguna repercusión en igualdad de circunstancias.La sensación que viene después de dar un agradecimiento sincero es única y de gran beneficio. para aquellas que no creen en eso, es muy fácil informarse de que la ciencia ha demostrado que las personas agradecidas suelen ser más felices ya que el hábito de agradecer libera neurotransmisores como la dopamina, responsable de las sensaciones placenteras y de relajación.
Asimismo, la gratitud produce importantes cambios en la biología del cerebro, debido a la plasticidad neuronal: se activan regiones que permiten una mayor comprensión de los demás, suavizan el estrés, mejoran la frecuencia cardíaca y reducen el dolor (físico y emocional).
También se sabe que la gratitud contribuye a la esperanza, la resiliencia y el afrontamiento de las crisis. Ser agradecida puede ayudarte a gestionar emociones como la pérdida y el estrés. Las personas agradecidas son más felices y están más satisfechas con su vida, sus amistades, su familia, su comunidad y su persona. Experimentan más esperanza, optimismo y autoestima y rinden más en la escuela y el trabajo.
Por último, es importante que sepas que la gratitud tiene un componente que consta de hacer un ejercicio de auto evaluación o incluso de introspección, para darnos cuenta que seguramente hemos recibido cosas que mucha gente no ha podido recibir, incluso después de estar buscando eso que tú recibiste, desde hace mucho tiempo. Darnos cuenta de esa realidad, significa entender que realmente somos afortunadas por vivir la vida que vivimos. Es en ese momento en e que justamente crecemos como seres humanos y curamos muchas heridas del alma que no habíamos podido dañar de ninguna manera.
Aprendamos a ser agradecidas, seguramente, no solo por mostrar nuestro nivel de educación, los beneficios que traerá esta simple práctica serán de gran beneficio para nuestra vida.