Día del niño. Más que una celebración, un compromiso social para ser mejores.

Fundación del Conde.

Hay fechas que nos remontan a las mejores épocas de nuestra vida, nos obligan a pensar en un pasado que también nos han enseñado que es mejor no visitarlo; sin embargo, pensar en nuestros orígenes es un ejercicio muy positivo que nos hace recordar siempre quiénes somos y de dónde venimos. Así es el día del Niño; al igual que el día de la madre son de esas fechas que nos hacen “poner pausa en nuestras vidas” y el tiempo parece detenerse para recordar que un día disfrutábamos jugar con los amigos, ir a la escuela no era una obligación sino una aventura, jugar en la calle era lo mejor del día y sobre todo, convivir en familia era realmente una bendición.                                                                                                                                                                                            Para quienes tenemos la fortuna y la bendición de ser padres, este día también nos hace recordar la inmensa obligación que la vida nos ha impuesto al ser responsables de la formación y bienestar de aquellos pequeños que un día serán responsables de llevar las riendas de la sociedad, una responsabilidad compleja también, por la tremenda herencia que les estamos dejando en un mundo cada día más hostil.

La importancia de la fecha tiene varios ángulos de análisis. Por un lado recordamos a la niñez como uno de los sectores de población más vulnerables y que necesitan más atención; por otro lado, conmemorar el Día del niño es una invitación a visitar un “mundo” en donde lo único que importa es la alegría y el bienestar, aunque solo sea por un día; pero también es un forzoso y contundente recordatorio de la situación de la niñez a nivel mundial y es aquí donde quienes hacemos ese análisis “despertamos súbitamente” de aquel sueño ideal en donde toda la niñez disfruta de las bendiciones que la vida nos brinda,  por el simple hecho de ser niños.                                                                                                                                                                                                                                   La situación de las niñas y niños a nivel mundial es complicada; ya de por sí el ser los herederos de un planeta que al día de hoy representa grandes retos en su balance natural, resulta preocupante y poco alentador. Por otro lado, la niñez mundial sigue sufriendo a diario una serie de abusos como el Maltrato, hambre, persecución, secuestro, abuso sexual y psicológico, explotación laboral y tráfico de órganos son solo algunas de las aberraciones que por increíble que parezca los niños del mundo siguen sufriendo.

Recordar esto último no es con la intención de “nublar” la visión de una celebración que debe de ser colorida y llena de luz, sino por el contrario, es un llamado fuerte de atención sobre lo que como seres humanos somos capaces de hacer y en el caso del abuso y maltrato a la niñez no es otra cosa que darnos la espalda a nosotros mismos como sociedad.

La niñez es nuestra única esperanza para conservar este mundo. Es nuestra última esperanza para continuar en este paraíso que nos fue otorgado para vivir.

En la Fundación del Conde estamos conscientes de que la niñez es nuestro activo más importante y estamos convencidos de que el deporte, la educación y la salud en este sector de población es básico para tratar de acceder a un mundo mejor. Es por eso que uno de nuestros programas más importantes desde hace diez años es el de “Mexicah UDC” mediante el cual un promedio anual de 500 niños y jóvenes practican fútbol Americano con nosotros, sin pagar un solo peso y con la única petición de mantener un promedio mínimo escolar de 8 y acudir a los entrenamientos con un padre o tutor.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        La Fundación del Conde apoya a los niños veracruzanos  otorgándoles todo el equipo, logística e infraestructura para que sus integrantes participen en los Torneos más importantes del país.  La exigencia de este programa deportivo que busca un balance entre la práctica de un deporte y el óptimo desempeño en las actividades académicas de sus integrantes, ha hecho de este proyecto deportivo un modelo único que ya comienza a dar de que hablar en otros estados del país y ha sido tema principal en diferentes ponencias sobre el fomento de valores entre la niñez  y sobre todo como una excelente herramienta para prevención de Conductas Antisociales, por medio de la práctica de un deporte.

Por lo pronto hoy celebremos  a nuestros niños, pero tratemos de hacerlo a diario ¡Feliz Día del niño!.