
Dismorfia Corporal… la búsqueda de una falsa perfección.
El trastorno dismórfico corporal (TDC) se ha clasificado como un tipo de trastorno obsesivo-compulsivo y quien lo padece generalmente está tratando de buscar una “falsa perfección” en su imagen corporal, muchas veces en relación a estereotipos que desde la juventud se identificaron cómo “perfectos”.
Según estudios en la materia, este trastorno Afecta a alrededor de 6 millones de personas en Estados Unidos, por poner un ejemplo del impacto que tiene en ciertas poblaciones; sin embargo en México también tiene un gran impacto.
Una persona con Dismorfia Corporal pasa mucho tiempo centrada en la percepción de sus defectos y la forma de ocultarlos. De echo son mujeres que se sienten feas y sufren por esto, por lo que les hagan lo que les hagan, no servirá de mucho ya que la percepción que de ellas mismas tienen, difícilmente cambia.
Pero ¿cómo saber cuándo esta dismorfia corporal se está convirtiendo ya en un problema Serio? Esto es fácil de determinar, simplemente observando el tiempo que la persona dedica a estos pensamientos negativos y cómo comienzan a interferir en la calidad de vida y la capacidad de llevar a cabo las actividades diarias. Si hay una afectación en nuestro día a día, ahí ya estamos viendo un problema delicado que hay que atender.
Este problema que hoy abordamos en este espacio, se desarrolla durante los años de la adolescencia, generalmente entre los 12 y los 13 años. Este es un momento delicado por la aceptación social que normalmente uno busca a esa edad.
Además es frecuente que los adolescentes se centren en la apariencia y se preocupen por cómo los ve el grupo de compañeros.
Sin embargo, una persona con TDC va más allá de las preocupaciones normales de los adolescentes sobre la apariencia y llega a alcanzar niveles poco sanos y que pueden tener un desenlace fatal.
Por otro lado, se sabe que cada vez es más frecuente que los pacientes con este problema soliciten procedimientos quirúrgicos para mejorar su aspecto, lo cual no tendría nada de malo, no obstante, últimamente se sabe que hay gente que llega pidiendo que les hagan cambios quirúrgicos para que se parezcan a los filtros de aplicaciones en sus celulares, como Snapchat, por increíble que parezca.
A continuación enlistamos aquí los comportamientos que podrían desarrollar las personas que padecen TDC:
Compararse con los demás; Solicitar cirugías constantemente; Comprobar su aspecto físico delante de un espejo todo el tiempo; Hacer ejercicio de manera excesiva. Cambiarse de ropa con frecuencia; Broncearse de manera excesiva; Ir de compras “más de lo normal”; pero sobretodo externar muy seguido que están inconformes con su cuerpo, señalando los supuestos defectos, los cuales en la mayoría de los casos no tienen la magnitud que refiere la persona.
Las pacientes con TDC tienen sentimientos de vergüenza, desesperanza, depresión, enfado y ansiedad. Estas personas se preocupan sobremanera por su apariencia y confiesan que sienten vergüenza por su aspecto físico. También suelen temer el rechazo o la humillación de los demás.
Una forma de tratar este padecimiento es mediante el uso de la terapia cognitivo-conductual (TCC).
El objetivo que se persigue con estas pacientes es la identificación y el reconocimiento de los pensamientos poco saludables e intentar cambiarlos.
La paciente aprende a reemplazar formas negativas de pensar por otras positivas. Cuando las pacientes utilizan esta terapia están aprendiendo nuevas formas de pensar sobre sí mismas, lo cual es muy útil no solo para la dismorfia corporal sino para la vida en general.